De Amaia para Sebastián
Diciembre, 2005.
Te encontré y te guardo en silencio.Amor taciturno, pasión tan discreta...
Mi defecto por las noches,
el aroma de mis mañanas.
Te veo en las cortinas de mis ojos;
dueño de mi imagen, de mi intento...
Te veo en la oscuridad;
la adornas con tu hechura,
La acompañas, combinas con ella.
No comprendo ya mi ser sin el tuyo:
falto de sentido, de fondo;
tan hueco, tan perdido...
Tu mano guía mi travesía,
da forma a mi palabra.
Niña bausana, soñadora:
en eso me has convertido.
Más que un capricho, una devoción:
en eso te has convertido.
Me arrancas suspiros y un poco más,
me regalas fragmentos, inquietudes...
Siempre presente, cada vez más latente.
Mi lugar es junto a ti, siempre ha sido junto a ti.
Hasta ahora te encontré...
Tomarás conciencia.
Verás que es posible, que es real;
que has guardado todo eso para mí.
Llegará el momento y así será.
Entonces nos perderemos,
nos confundiremos en ese encuentro.
Y entonces brillará la oscuridad,
y no habrá nada más...