miércoles, 28 de octubre de 2009

Tenerte

Bailo al compás de tu respiración, revolviendo el aire con tu cuerpo. Robando con cada impulso hasta el último vestigio de tus ansias. Cadencia oportuna y atolondrada; afán de un sentimiento tornado en deseo.

En un arrebato, orquestada por el tiempo de tu sangre y la fiebre que sutilmente invade mi cuerpo, impetuosamente tiro de tu cuello. Va mi alma en cada beso, en cada caricia; la reparto por tu nuca y tu espalda, tus hombros y brazos, tus piernas y pies.

Sensación discreta e inesperada; imperante y desordenada. Protagonista de mis noches inquietas, de mis días ausentes…

Acercarme es ya inevitable: combina tu olor con el mío, tu piel con la mía; mezcla perfecta de armonía y aflicción.

Me recorre por dentro una peculiar melodía: el sonido de mi naturaleza encendida. Das vida a los rastros de mi esencia, pues has despertado hasta la más oculta de mis pasiones.

Te has convertido en refugio de mi ser falto de rumbo y compañía. Eres de lo que creí prescindir pero que ahora preciso. Eres ya el anfitrión de mis juicios e intenciones; el testigo viajero de mis idealistas travesuras. El inquilino permanente de mis buenas y más retorcidas intenciones.

Hoy, guardaré este momento para postergarlo en el tiempo. Apresaré cada movimiento y cada caricia. Aprisionaré tu mirada puesta sobre mi y aprehenderé nuestra música en un recuerdo. 


Después de hoy, serás mío eternamente…

miércoles, 21 de octubre de 2009

Duelo

Hoy me doy cuenta que no soy más que sentimiento suspendido.
Un cansado andar que busca otro camino.

A ti que convertiste en juguete mi razón,
a ti que me robaste con tu ausencia cada emoción.

Hoy te aclamo en una mirada el perdón que nunca pedí,
y en un suspiro el amor que faltó por saborear.

Te regalo el sueño donde has sido héroe y tirano,
artífice de mi condena y mi redención. 

Te regalo todo lo que me regalaste,
todo lo me que quisiste.
Te regalo hoy todas las noches en vela
y las amargas mañanas adornadas con tu desdén.

Te obsequio estas palabras
con la esperanza de que nunca vuelvan,
de que se lleven con ellas lo que queda de mi agonía.

Soplo estas líneas al viento,
esperando que algún día las recibas,
con las que regreso lo que hay dentro de mí y que ha sido tuyo,
todo lo que tengo y que ya no me hace falta.

Te regalo con esta sonrisa el alivio de mi existencia,
y con este adiós el descanso de mi alma.