martes, 9 de junio de 2009

Imán

Rehuyo el momento,
postergo el final.

Tus labios compitiendo con los míos;
juegan por saborear hasta gastar el deseo.
Tu mano conversando con mi piel,
tu voz que concierta con la mía.

Palabras que no se dicen, pero se perciben.
Miradas que se clavan, se abrazan.

Nostalgia; 
lo que siento de perder lo que aún no ha sido mío.

No me despido, pues te llevo conmigo.
No me alejo, pues me he quedado atrapada en ti.

El cuerpo no define nuestro hogar,
es la intención quien sitúa nuestra esencia.
Y mi esencia se ha quedado ahí, contigo:
en tu abrazo, en tu pelo, en tu boca...
En ese juego...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que bonito es cuando uno simplemente se puede sentar con esa persona a ver el día pasar.

sin pretensión.
sin buscar algo más.
solo eso.
si, eso.

La Maga dijo...

Todo tiene un porque no podemos presionar e imponer nada, eso por lo menos a mí me ha quedado claro, lo cual no significa desistir.