lunes, 12 de enero de 2009

Tango


Es tan trágico vivir a medias como escribir a medias. La existencia inútil de aquellas almas con rutinas vacías, basadas en garabatos mentales que solo llevan a incertidumbres. Una vida sin sentido ni exigencias.
Es necesario tener más allá de un simple deseo o aspiración. Tener esa pasión que a pesar de enfrentarse a escenarios con las alas rotas y un tanto desanimadas lleva a alzar el vuelo por las más celestes y blandas tesituras.
Dejar vicios que han llevado a tantos talentos sepultados. Corrupciones que irrumpen en la sinfonía de los deseos y buenas intenciones. Palpables y no. Dejarse de todo ritual inservible y darle un sentido a la cotidianidad y convertirlo en una singularidad, en un extraordinario respirar.
Vivir coherentemente y en armonía con la propia esencia.
El aire se extingue en un instante, y el legado de nuestra existencia no es más que la pasión con la que vivimos. El no sólo tener un altar de ilusiones, sino también ofrendar con acciones.
Aquel celo que se comparte a través de generaciones, mediante palabras y obras. El despertar esas ganas en otro ser es el mejor sustento para el alma.
Esa vehemencia por algo, cualquiera que esto sea. Ese impulso y garra por obtener aquello tan anhelado y tan necesario.
Por eso, hoy, mi mayor deseo es seguir esa pasión; tener esa fuerza que nos lleva a dar el último suspiro con una gran satisfacción.

No hay comentarios: